domingo, 14 de septiembre de 2008

12 horas intensas, pero no para escribir

La meta no sólo era sobrevivir, sino hacerlo de una manera digna y con todo el esfuerzo derrochado. Realmente no había tiempo para escribir pues la tarea era larga y después de las primeras 4 horas ya el pulso no ayudaba a sostener la pluma; todos los músculos de los brazos temblaban y se movían por si solos.
Si se analizara el evento del día de ayer, se podría decir que fue monótono, ya que fueron 12 horas haciendo lo mismo. Es cierto que se debería recordar y escribir lo hecho 3 horas antes y tres horas después del punto acordado; pero en este caso sólo se tiene un espejo de actividades, donde el antes y después es lo mismo.
Sinceramente lo más reconocible del momento fue que trinfo que nos adjudicamos y el esfuerzo láctico que cada uno de los nueve integrantes realizó.
Honestamente no creo que sirva de algo tratar de describir el ayer, sólo el haber estado allí sería lo adecuado para sentirlo; sin embargo se pueden usar tres palabras para intentarlo:
Camadería, esfuerzo, guerra, suicidio y apoyo...

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